
La primera prueba fehaciente de la gran explosión fue un hallazgo casual; cuando, a mediados de los sesenta, dos jóvenes astrónomos hicieron un descubrimiento excepcional e involuntario.
Se celebran los 40 años del experimento de Penzias y Wilson en los laboratorios Bell. Querían utilizar una gran antena de comunicaciones para recibir señales lejanas y débiles.
Sin embargo, se encontraron con un problema: un ruido de fondo persistente les contaminaba la recepción.
El ruido llegaba de todos los puntos del cielo. De día y de noche, en invierno y en verano.
Durante un año, los investigadores estuvieron intentando encontrar el origen del ruido para eliminarlo.
Desmontaron todos los componentes de la instalación, pusieron cinta aislante en remaches y juntas. Comprobaron circuitos, revisaron cables, limpiaron enchufes. Subieron a limpiar la antena de un material “dieléctrico blanco”.
Pero no fueron capaces de eliminar ese ruido continuo y difuso.
En el mismo momento, a 50 Km un equipo de científicos de la universidad de Princeton intentaba encontrar precisamente la misma señal que ellos intentaban eliminar con tesón. 20 años antes, el astrofísico de origen ruso George Gamow había propuesto que si se buscaba con suficiente profundidad en el espacio, se encontrarían restos de la radiación cósmica de fondo dejada por la Gran Explosión.
Habían pensado incluso en la antena de los laboratorios Bell.
Entonces sonó el teléfono. Penzias y Wilson explicaron a Dicke en Princeton para preguntarle cómo podían eliminar aquel ruido tan molesto y que tanto les estorbaba. Dicke se dio cuenta enseguida de que habían encontrado el borde del universo, un borde que cambia a medida que se expande. Los dos jóvenes investigadores, ajenos a ello, estaban viendo los primeros fotones, la luz más antigua del universo, transformados en microondas que podían transformar en sonido. Penzias y Wilson, quienes habían encontrado el ruido sin saberlo interpretar, recibieron el premio Nobel en 1978. Dicke que lo supo interpretar, las simpatías de la comunidad científica.
Programa 350 Cataclismos cósmicos (9/3/2005)
Enlaces de interés
Penzias y Wilson en los laboratorios Bell
Nobel 1978
40 años de la serendipia Penzias – Wilson
página personal de Arno Penzias
Bibliografía
Bryson, Hill: “Una breve historia de casi todo”. Editorial RBA (2004), Barcelona. Trad: José Manuel Álvarez . Editorial Anagrama, 2001 (Barcelona).