La diferenciación por sexo es uno de los caracteres de los seres vivos complejos. La ventaja biológica de la reproducción sexual es el intercambio genético, fenómeno que no sucede en la reproducción asexual, por esquejes, por ejemplo.
Los primeros organismos de la Tierra fueron las bacterias. Su principal mecanismo de reproducción fue asexual, simplemente por división. De una bacteria, surgen dos.
Pero, más adelante desarrollaron otros mecanismos, entre los que se incluye el intercambio de material genético entre dos bacterias.
Se le llama conjugación bacteriana y consiste en que una bacteria transfiere un gen a otra. ¿Cómo se observa?
Se siembra una única placa de Petri en la con las dos cepas bacterianas: la donante y la receptora. Se pone a incubar y, a los pocos días, se obtiene un cultivo que pone de manifiesto que las bacterias han conjugado. Pero ¿cómo ha sucedido?
Previamente a la conjugación, se ha conseguido que la bacteria donante haya duplicado el material que va a transferir a la receptora.
Cuando las bacterias están a punto, se aproximan y establecen una conexión: un puente de conjugación.
Una vez próximas, el puente se retrae y las bacterias entran en contacto físico.
Y tiene lugar el proceso de transferencia de material genético.
Así es como las bacterias realizan el intercambio genético.
¿Cuánto suele durar una conjugación bacteriana? Alrededor de 100 minutos, es decir, 1 h y 40 min. Un número nada despreciable. No sucede con demasiada frecuencia.
¿Qué genes se suelen transferir? Pues desafortunadamente para nosotros, a veces, los que otorgan resistencia a antibióticos, genes que suman una característica a la bacteria, que no es justamente beneficiosa a los humanos.
Programa 348 ¿Qué es la vida? (23-02-2005)