¿Pensabas que cada vez que sientes picores tienes un parásito en la piel? Pues no, una persona puede sentir irritación sin tener nada y puede llegar el caso de que sufra una parasitosis imaginaria.
Las parasitosis imaginarias fueron descritas a principios del siglo 19 y se asociaron a la aracnofobia, es decir, al miedo desaforado a las arañas o a los insectos en general. Un miedo irracional, obsesivo y angustioso a un agente imaginario y que requiere ayuda psiquiátrica para superarlo.
Bajo el término ‘parasitosis imaginaria’ se describen enfermedades de la piel, en que un paciente está convencido de estar infestado de ácaros, piojos, pulgas, arañas, gusanos o animales similares, sin en realidad estarlo.
Cuando el médico ha descartado la presencia de animal alguno, se puede diagnosticar una parasitosis imaginaria. La enfermedad se asocia a una situación de estrés grave o a una enfermedad mental. Entonces el tratamiento ha de ser psiquiátrico.
¿Qué medidas tomar frente a una parasitosis imaginaria? Una vez descartada la presencia de insectos o ácaros, se sugieren tres soluciones.
Puede tratarse de una irritación debida a deshidratación de la piel. En segundo lugar, puede tratarse de una reacción alérgica exacerbada por el uso de determinadas ropas sintéticas, o bien perfumes, jabones y detergentes que nos irritan la piel. En otros casos, algunas enfermedades o adicciones (como a la cocaína) pueden producir los mismos síntomas.
Así, si alguien tiene miedo a las arañas y nada justifica sus picores, puede tratarse de una enfermedad imaginaria.
Programa 336 Plagados de parásitos (1/12/2004)
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