Un joven Louis Pasteur salió una tarde velozmente del estrecho y oscuro laboratorio, abrazó a un estudiante de Física a quien apenas conocía y, cogiéndole del brazo, le arrastró bajo las espesas sombras de los Jardines de Luxemburgo. Allí, atropelladamente, le explicó triunfante su descubrimiento. ¡Necesitaba contárselo a alguien! ¡Deseaba contárselo al mundo!
Lo que acababa de descubrir el científico francés era la asimetría de las moléculas, un trabajo al que había dedicado los primeros diez años de su vida científica.
Todo empezó cuando Pasteur se dedicó a estudiar de la propiedad de ciertas sustancias orgánicas que tenían las mismas propiedades salvo un extraño comportamiento: desviaban la luz polarizada.
La luz polarizada es la que se obtiene al filtrar la luz por un polarizador, que solamente deja que le atraviese un tipo de luz, la que sigue una dirección en el espacio.
Pasteur estudiaba soluciones de un ácido presente en la uva y que se podía encontrar en el mosto, el ácido tartárico. Observó que cuando un rayo de luz polarizada atravesaba una solución de ácido tartárico, la luz podía seguir la misma dirección, pero también podía darse el caso de que el haz virara a la derecha o a la izquierda.
Entonces se puso a estudiar el mismo ácido tartárico, pero no en solución, sino cristalizado. Después de mucho examinar montones de diminutos cristales, descubrió que había tres clases de ácido tartárico y no solamente dos y que en la naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales, que unos son como la imagen de otro vista al espejo.
Pasteur encontró así que en la naturaleza, la asimetría llega al nivel molecular. La misma molécula puede tener distintas formas tridimensionales, imágenes especulares, como las manos, que son iguales pero no se pueden superponer.
Los seres vivos tenemos en nuestro organismo aminoácidos levógiros (que giran la luz a la izquierda) y azúcares dextrógiros (que giran la luz a la derecha). Si fuéramos a otro planeta en que las moléculas que nos tuvieran que alimentar fueran las imágenes especulares, no podríamos digerirlos, no podríamos sobrevivir.
Programa 326 Somos asimétricos, el universo también (22-09-2004)
Enlaces de interés
Institut Pasteur (París)
Nacimiento de especialidades en química
Extracto de “Los Cazadores de Microbios”, de Paul de Kruif
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