A pesar de que la creencia popular asocia la Luna llena con un cambio en el comportamiento humano, y que, por su causa, hay más partos, accidentes o violencia, los estudios científicos no corroboran esta percepción.
Para verificar el mito de la Luna se han llevado a cabo numerosos estudios. Entre otros estudios, en Canadá se compararon 27 series de nacimientos no inducidos durante de 51 años. En Italia, 8.000 partos; 5.200 en Madagascar, y otros tantos en Estados Unidos.
Ninguno de los estudios halló correlación entre la fase lunar y el número de nacimientos: al superponer un calendario lunar con la distribución de partos de las mismas fechas no se encuentra relación alguna.
Es cierto que las fases de la Luna afectan masas oceánicas y provocan mareas, pero esto sucede porque se trata de grandes masas oceánicas. En mares de menor tamaño, como el Mediterráneo, las mareas son prácticamente imperceptibles. Este suceso se explica por aplicación de la primera ley de Newton: la atracción es proporcional a la masa y la distancia al cuadrado; si la masa disminuye y la distancia aumenta, la fuerza de atracción también y apenas se aprecia. Como pasa con el Mediterráneo, o con las personas: la madre ejerce una fuerza 12 millones de veces superior que la Luna sobre el bebé que lleva en brazos.
Las fases de la Luna no son más que un juego de luces: es la interposición de la Tierra entre la luz del Sol y la Luna, lo que provoca las fases lunares.
Así, el número de nacimientos o asesinatos no aumenta cuando la Luna está llena. Puede variar el número con el calendario, acaso por los días festivos; puede aumentar si sube la temperatura; pero no con las fases de la Luna: la Luna no tiene la culpa.
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Fases de la Luna
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