El aprendizaje y la motivación no están alejados de los problemas humanos de adaptación social y de superación de obstáculos en la vida.
Experimentos efectuados con animales de laboratorio muestran que la soledad impuesta o la sobrepoblación de un recinto degeneran rápidamente en la degradación del sistema inmunológico, la depresión, la violencia y el suicidio.
En los años setenta, un equipo de científicos dirigido por el psicólogo Martin Seligman, de la Universidad de Pennsylvania, analizaron las reacciones de ratas de laboratorio cuando se las enfrentaba a una descarga eléctrica no programada. Una de las ratas tenía la oportunidad de pulsar una palanca que evitaba la descarga a todo el colectivo. Las otras cuatro ratas murieron en 12 días, mientras que rata ‘gestora’ murió en el tiempo esperado: dos meses más tarde.
Lo que sumió a las demás en la depresión y la muerte no fue el número de descargas -todas sufrían las mismas-, sino la imposibilidad de hacer algo para evitarlas.
Este experimento fue uno de los pioneros en poner de manifiesto la influencia del estado de ánimo sobre el organismo.
Programa 310 El suicidio (9/3/2004)