Aquí en la Tierra, la gravedad es omnipresente. Si su ausencia en los adultos provoca atrofia muscular, pérdida de masa sanguínea y osteoporosis, en los animales en crecimiento las alteraciones son mucho más profundas.
En 1990 se inició el proyecto NEUROLAB impulsado por la NASA. Con él se quería estudiar la respuesta del cerebro a la gravedad. Para ello, se mandaron al espacio en el trasbordador Columbia 2.000 ratas, que dieron 256 vueltas a la Tierra durante 16 días.
En las ratas adultas se detectaron alteraciones de la conducta: cambios en el comportamiento afectivo. En especial, desatención de las crías, como si perdieran el instinto maternal. En las crías, los cambios fueron mucho más profundos. Como en las ratas en crecimiento, el cerebro se desarrolla en 30 días, las ratas del proyecto NEUROLAB pasaron la mitad de su crecimiento en el espacio. Estos cerebros que maduraron en el espacio revelaron una atrofia cortical y conexiones muy alargadas entre neuronas. En algunos casos, estas conexiones (sinapsis) más largas provocaron atrofia de las patas traseras.
En consecuencia, se puede afirmar que si nos vamos a vivir al espacio, nos vamos para no volver a la Tierra. Los cambios producidos en los humanos extraterrestres harían de la Tierra un medio hostil.
Programa 307 Más allá de Marte (13-01-2004)
Enlaces de interés
Neurolab
Instituto Cajal
Animación: Virtual Joint