
Que los objetos de nuestro entorno tienen carga eléctrica ya se conoce desde antiguo. De hecho, la misma palabra ‘elektron’ en griego significa ‘ámbar’, una sustancia que se carga eléctricamente con facilidad.
Todos sabemos que al peinarnos enérgicamente podemos levantar los pelos de la cabeza o desviar un chorro de agua.
En el siglo 18 Du Fay hizo unas experiencias en la que frotando resina y frotando vidrio obtenía una electricidad llamada resinosa o vítrea. Nosotros vamos a obtener aquí con cintas adhesivas algo similar.
Al arrancar dos trozos de cinta adhesiva que hemos pegado sobre la mesa (sobre otras dos tiras que nos sirven de base), las cintas se repelen.
Si devolvemos las cintas sobre la base (y las coloreamos, supongamos de color rojo) y colocamos otras dos cintas sobre ellas (y las pintamos de azul), pares de idéntico color se repelen y pares de distinto color se atraen.
Estos experimentos revelan la electricidad electrostática de nuestro entorno.
Enlaces de interés
Departamento de Física Aplicada, Universidad de Valencia
Física en acción
Physics on stage